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EL MENSAJE A LAS SIETE IGLESIAS

Pastor: Victor Paltan                  

Editado por: Jose A. Cabrera

 

Creemos que la Bíblia  es inspirada por Dios, que ella es la única autoridad dada por Dios que el hombre posee y por lo tanto, toda doctrina, fe, esperanza y toda instrucción para la Iglesia debe basarse en la Bíblia.

EL UNICO DIOS VERDADERO

    Creemos en el único Dios viviente, eterno infinito en poder, Santo en

    naturaleza, atributos y propósito; que posee deidad absoluta e indivisible.

    Este único Dios verdadero se ha revelado El mismo como Padre;

    como hijo en la redención; y como el Espíritu Santo por emanación (1 Corintios

    8:6; Efesios 4:6; 2 Corintio 5:19: Joel 2:28)

   

    Las Escrituras hacen más que intentar probar la existencia de Dios: afirman,

    asumen y declara que el conocimiento de Dios es universal. (Romanos 1:19,

    21, 28, 32: 2:15) Dios es invisible Incorpóreo, sin partes, sin cuerpo y por

    tanto sin ninguna limitación. El es Espíritu (Juan 4:24) un espíritu no

    tiene carne ni huesos" (Lucas 24:39).

    "…..El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel: el Señor nuestro Dios,

    el Señor uno es" (Marcos 12:29; Deuteronomio, 6:4). "Un Dios y Padre de

    todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos" (Efesios 4:6). El

    único Dios verdadero se manifestó El mismo en varios modos en el Antiguo

    Testamento, En el Hijo mientras estaba entre los hombres, como el Espíritu

    Santo después de la ascensión.

                                              

 

    EL HIJO DE DIOS

 

    El único Dios verdadero, el Jehová del Antiguo Testamento, tomo en sí la

    forma de hombre, y como el Hijo del hombre, nació de la virgen María. Pablo

    dice: "E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue

    manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles,

    Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria" (1

    Timoteo 3:16).

 

    "A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron" (Juan 1:11). El único Dios

    verdadero fue manifestado en carne, es decir, en su Hijo Jesucristo. "...

    Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en

    cuenta a los hombres sus pecados ..." (2 Cor. 5:19).

   

    Creemos que "en El (es decir, Jesucristo) habita corporalmente toda la

    plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:9). "Por cuanto agrado al Padre que en

    él habitase toda plenitud" (Colosenses 1:19). Por eso, Jesucristo en su

    humanidad era hombre; en su Deidad era y es Dios. Su carne era el cordero, o

    el sacrificio de Dios. Es el único mediador entre Dios y el hombre. "Porque

    hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo

    hombre" (1 Timoteo 2:5).

 

    Jesucristo, por parte de su Padre, era divino; por parte de su madre, era

    humano. Así, El era conocido como el Hijo de Dios y también como el Hijo del

    hombre, o el Dios - hombre. "Porque todas las cosas las sujeto debajo de sus

    pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a el, claramente

    se exceptúa aquel que sujeto a el todas las cosas. Pero luego que todas las

    cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetara al que le

    sujeto a el todas las cosas, para que Dios sea todo en todos" (1 Corintios

    15:27-28).

 

    "Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que

    era y que ha de venir, el Todopoderoso" (Apocalipsis 1:8).

 

                                              

 

    EL NOMBRE

 

    Dios uso varios títulos, tales come "Elohim, "Dios," "El Dios Todopoderoso,"

    "El Shaddai, "Jehová," y especialmente "Jehová, el Señor" el nombre redentor

    en al Antiguo Testamento.

 

    "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su

    hombro; y se Ilamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre

    eterno, Príncipe de paz" (Isaías 9:6). Esta profecía de Isaías se cumplió

    cuando el Hijo de Dios fue nombrado, "Y dará a luz un hijo, y Llamaras su

    nombre JESÚS, porque él salvara a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). "Y

    en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado

    a los hombres, en que podamos ser salvos'' (Hechos 4:1 2).

 

                                              

 

    LA CREACION DEL HOMBRE Y SU CAIDA

 

    En el principio Dios creó al hombre inocente, puro y santo; pero por medio

    del pecado de desobediencia, Adán y Eva, los primeros de la raza humana,

    cayeron de su estado santo, y Dios les expulsó del Edén. Así, por la

    desobediencia de un hombre, el pecado entró en el mundo (Génesis 1:27;

    Romanos 3:23; 5:12).

 

                                              

 

    ARREPENTIMIENTO Y CONVERSION

 

    El perdón de pecados se obtiene por el arrepentimiento genuino, un hecho de

    confesar y abandonar los pecados. Somos justificados por fe en el Señor

    Jesucristo (Romanos 5:1). Juan el Bautista predicó el arrepentimiento, Jesús

    lo declaro y los Apóstoles insistieron en ello, tanto a los judíos como a

    los gentiles (Hechos 2:38; 11:18; 17:30).

 

    La palabra "arrepentimiento" viene de varias palabras griegas que significan

    cambio de puntos de vista y de propósito, cambio de corazón, cambio de

    actitud, cambio de vida, transformación, etc.

 

    Jesús dijo, "... si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" (Lucas

    13:3). Lucas 24:47 dice, "Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento

    y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén."

                                              

 

    BAUTISMO EN AGUA

 

    La manera bíblica del bautismo es por inmersión, y es sólo para los que se

    han arrepentido completamente, habiéndose apartado de sus pecados y de su

    amor para el mundo. Debe ser ministrado por un ministro del Evangelio

    debidamente autorizado, obedeciendo la Palabra de Dios, y en el nombre de

    nuestro Señor Jesucristo, según Hechos de los Apóstoles 2:38; 8:16; 10:48;

    19:5; obedeciendo y cumpliendo así Mateo 28:19.

                                              

 

    EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO

 

    Juan el Bautista dijo en Mateo 3:11, "...el os bautizará en Espíritu Santo y

    fuego." Jesucristo dijo en Hechos 1:5, "... vosotros seréis bautizados con

    el Espíritu Santo dentro de no muchos días." Lucas nos cuenta en Hechos 2:4,

    "Y fueron todos Llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras

    lenguas (idiomas), según el Espíritu les daba que hablasen."

 

    Los términos "bautizar en Espíritu Santo y fuego," "llenos del Espíritu

    Santo," y el "don del Espíritu Santo" son términos sinónimos usados

    indistintamente en la Biblia. Es bíblico esperar que todos los que reciben

    el don, la plenitud, o el bautismo del Espíritu Santo reciban la misma señal

    física, señal inicial de hablar en otras lenguas. El hablar en otras

    lenguas, como se relata en Hechos 2:4; 10:46; 19.6 y el don de lenguas come

    se explica en 1 Corintios, capítulos 12 y 14, son iguales en esencia, pero

    distintos en uso y propósito.

 

    El Señor, por medio del profeta Joel, dijo, ". .. derramaré mi Espíritu

    sobre toda carne ..." (Joel 2:28). Pedro, explicando esta experiencia

    fenomenal, dijo, ".. habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu

    Santo, (Jesús) ha derramado esto que vosotros veis y oís" (Hechos 2:33).

    Además, "... Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y

    para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios Llamare"

    (Hechos 2:39).

                                              

 

    DOCTRINA FUNDAMENTAL

 

    La doctrina fundamental y básica de esta organización será el modelo bíblico

    de la salvación plena, la cual consiste en arrepentimiento, bautismo por

    inmersión en agua en el nombre del Señor Jesucristo para el perdón de

    pecados, y el bautismo del Espíritu Santo con la señal inicial de hablar en

    otras lenguas como el Espíritu de que se hablen.

    Nos esforzaremos en guardar la unidad del Espíritu hasta que todos Lleguemos

    a la unidad de (la fe, al mismo tiempo, amonestando a los hermanos que no

    contiendan por sus diferentes puntos de vista, trayendo así la desunión del

    cuerpo.

                                              

 

    SANIDAD DIVINA

 

    El primer pacto que el Señor (Jehová) hizo con los hijos de Israel después

    de librarles de Egipto, fue un pacto de sanidad. El Señor dijo, "Si oyeres

    atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus

    ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos,

    ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a tí; porque

    yo soy Jehová, tu sanador" (Exodo 15:26).

 

    En algunas traducciones se lee, "Porque yo soy Jehová, tu médico." Siendo

    Dios nuestro medico, tenemos al más capaz de todo el mundo. Nuestro Señor

    Jesucristo recorrió toda Galilea predicando el Evangelio del reino, y

    sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (Mateo 4:23-24).

    "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Heb. 13:8).

 

    El sufrimiento substitutivo del Señor Jesucristo pago por la sanidad de

    nuestros cuerpos, igual que pagó por la salvación de nuestras almas porque

    "... por su llaga fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5). En Mateo 8:17 se

    lee, "El mismo tomo nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias"

    (Véase también 1 Pedro 2:24).

 

    De todo esto vemos que la sanidad divina del cuerpo está en la expiación.

    Siendo verdad esto, la sanidad es para todos los que creen. Jesús dijo de

    los creyentes, "... sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán" (Marcos

    16:18). Mas tarde, Santiago escribió en su carta a todas las iglesias: Está

    alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren

    por el, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe

    salvar al enfermo, y el Señor lo levantara; y si hubiere cometido pecados,

    le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos

    por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho"

    (Santiago 5:14-16). Todas estas promesas son para la Iglesia de hoy.

 

 

    LA CENA DEL SEÑOR

 

    La noche en que fue traicionado nuestro Señor, El comió la cena pascual con

    los Apóstoles y después la instituyó como sacramento. "Y tomó el pan y dio

    gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por

    vosotros es dado; haced esto en memoria de mi. De igual manera, después que

    hubo cenado, tomo su copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi

    sangre, que por vosotros se derrama" (Lucas 22:19-20).

 

    Pablo instruyó a la Iglesia como observarla (1 Corintios 11:23-24). Así fue

    instituido el uso del pan literal y el fruto de la vid, los cuales son

    tomados literalmente come emblemas de Su cuerpo partido y sangre derramada.

    Hay también un significado espiritual y una bendición en tomar la Cena del

    Señor.

 

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